Yo asistía a mi segundo año en la universidad, había conocido muchas chicas pero nunca como Laura. Una joven valenciana que tenía una boca que derretía con solo verla y por sobre todo unas tetas grandes que ya debajo e su camisa se dejaban apreciar.
Era más que obvio que todos los compañeros se sentían atraídos por ella, por lo que no perdían ni un segundo en ir detrás de ella en cada pausa que tenían. O si el profesor pedía que formen grupos para una tarea ella era la primera en ser elegida. Pero a pesar de todo esto ella no mostraba su interés por nadie. Algo que a partir de esta historia cambiara.
Era una tarde primavera y todos estábamos en los últimos días de cursada, ya las chicas no vestían como en invierno y se jugaban a usar ropa que enseñaba demasiado. Laura era una de ellas, con un pantalón ajustado y una camisa que estaba a punto de explotar.
Como siempre teníamos que hacer un nuevo trabajo en grupo, pero hoy los mismos los conformaría el profesor, tocándome a mí con ella, y conformando un grupo de nosotros dos solos. No podía creer la suerte que tuve con esa azar del destino que me quede casi cayado cuando ella se me acerco para que arregláramos cuando nos íbamos a juntar a hacerlo. Ella vivía muy cerca del campus así que nos fuimos para su apartamento donde estaríamos tranquilos y nadie nos interrumpiría.
De camino íbamos charlando sobre el trabajo y algunas otras cosas también, que no quería que mi relación sea solo por obligación. Quería sacarle algún tema que a ambos nos pudiera interesar y la universidad no era algo tan divertido. Mientras en mi cabeza me hacía a la idea de que nada ocurriría ya que una mujer tan hermosa no podría estar nunca con alguien como yo.
El TP era algo complicado y nos llevó unas cuantas horas de la tarde y bien entrada la noche, ya estamos listos para darnos por vencidos al menos por eso día pero algo sucedió. Ella sin querer poso mi mano en mi regazo en un intento por coger unos libros que estaban un tanto lejos en la mesa, e inmediatamente me miro. No era tan accidental ese contacto y era algo que por sus ojos había estado buscando toda la tarde.
Apenas alumbrados con una tenue luz que cubría la mesa ella se acercó más y más, y al ver que yo no hacía nada decidió tomar la iniciativa, besándome con esos carnosos labios en un beso que aun hoy recuerdo. Además porque había despertado algo en mi pantalón que ella rápidamente atino a coger con su … Seguir Leyendo